Desde la actual crisis sanitaria, y frente a la situación de incertidumbre y miedo que familias y profesores manifiestan ante la inminente vuelta a las clases, hoy se han abierto las puertas de un gran numero de escuelas en nuestro país, y las que no lo han hecho aún se preparan para hacerlo en los próximos días.
Como adultos responsables y conscientes de lo que sucede, y los riesgos que entraña así como de la presente necesidad de que se inicie este curso de la manera más «normal» posible, aunque bajo importantes medidas protocolarias de seguridad, es el momento de ir un paso más allá y volver la mirada a esos niñ@s y jóvenes que en están o estarán de vuelta a las aulas.

Los padres nos esforzamos en enseñarles una rutina preventiva que incluye el lavado de manos, la distancia de seguridad, y algún que otro «¡Por favor no te quites la mascarilla!», pero sabemos que en un centro educativo y más al principio el cumplimiento va a ser difícil, tan difícil como lo esta siendo fuera, cuando vamos de paseo, al parque o nos juntamos con conocidos y familiares. Algunos han optado por tomar la respetable decisión de que sus hijos se queden en casa mientras no sientan que van a estar seguros en clase, otros porque así lo deciden o bien porque no les queda más remedio de conciliación, están procesando el momento de enfrentarse a todo lo que conlleva la vuelta a las aulas. Con todo, las emociones que sentimos pueden fluctuar desde la momentánea seguridad en las medidas que se están estableciendo, hasta la angustia y ansiedad que nos produce la falta de control en la situación, debemos en primer lugar entender que es normal, aceptarlas y entenderlas para poder avanzar.
¿Cómo ayudar a nuestros pequeños a adaptarse a esta situación de la mejor forma posible?
-En primer lugar parándonos a hablar con ellos, escuchándolos, conectando con sus emociones y acompañándolos en este proceso, de manera que sientan como sus dudas, preocupaciones y miedos son recibidos por sus padres y tenidos en cuenta.
-Además, y frente a la abrumadora lista de instrucciones que conforman los protocolos de seguridad en el ámbito escolar, debemos darles apoyo y confianza en que lo saben y lo pueden hacer bien, a pesar de que cometan errores, como todos estrenándonos en una rutina que no nos resulta para nada familiar ni natural, al menos hasta que se interiorice y se vuelva automática, pero deben sentirse capaces y desde casa y la escuela debemos transmitir ese mensaje.
-Hacerlos partícipes de las incertidumbres, porque esta situación esta fluyendo, bajo un relativo control pero fluyendo y su dirección puede cambiar de un día para otro. Deben saberlo, que es diferente, porqué, y que puede cambiar, pero que existe un control control en las alternativas de respuesta, que permitirá tomar las medidas necesarias según proceda.
Por otra parte la confianza y coordinación con el trabajo que están llevando a cabo los equipos directivos de los diferentes centros nos permitirá transmitir a los peques esa sensación de seguridad que tanto necesitan, ya que no debemos olvidar que el aula debe significar un espacio seguro en el que nuestros hijos puedan seguir desarrollando sus diferentes habilidades y capacidades tanto cognitivas como sociales y emocionales, y para ello deben percibirlo como tal a pesar de que ahora mismo suponga una ruptura con todo lo que conocen.
"Instrucciones claras y directas, ofreciendo los apoyos necesarios pero insistiendo en la confianza que tenemos en sus capacidades, de manera que obtenga la seguridad necesaria para afrontar este momento"

Y ya por último: paciencia, paciencia y más paciencia. Asumir las circunstancias y aprender a gestionar sus emociones en situaciones como está constituirá un importante aprendizaje tanto en esta situación puntual, como a la hora de aplicar los resultados en diferentes situaciones novedosas y de incertidumbre a las que se puedan enfrentar a lo largo de su vida: Démosles las herramientas y el apoyo necesarios para que consigan superarlas por si mismos, un cálido abrazo cuando necesiten calmar su frustración y ansiedad y la escucha y respuesta ante lo que nos intentan expresar, acompañandoles con nuestras propias emociones y destacando la importancia de la unión, para que juntos podamos superarlo.
Alexia López
Psicóloga Infantil y Juvenil, experta en Educación Emocional y Dificultades de Aprendizaje