LA IMPORTANCIA DE LA NEUROEDUCACIÓN EN TDAH.
Históricamente en nuestro país, la educación reglada se ha basado casi en un 100% en el currículo académico y en la absorción de conocimientos por parte del alumnado, sin plantearse siquiera, la individualidad o el estado de desarrollo de un cerebro infantil, no existen dos cerebros iguales, y por lo tanto no existen dos niños que crezcan, maduren o tengan exactamente las mismas capacidades para aprender. A pesar de las investigaciones y avances realizados dentro del campo de la enseñanza y aprendizaje, en los últimos años las técnicas y recursos utilizados dentro de las aulas han cambiado relativamente poco si las comparamos con los procedimientos de enseñanza tradicionales. El profesorado preparaba los temarios de los cursos según la edad de los niños, sin tener en cuenta muchas veces sus individualidades o el número de conexiones de cada cerebro, entre otras características. Sin embargo, este hecho está comenzando a cambiar y el cambio se hace patente, entre otras muchas cosas, con la aparición nuevas estrategias didácticas.
NEUROEDUCACIÓN:
La neuroeducación o neurodidáctica es una nueva visión de la enseñanza que se basa en aportar estrategias y tecnologías educativas centradas en el funcionamiento del cerebro. Esta nueva disciplina fusiona los conocimientos sobre neurociencia, psicología y educación con el objetivo de optimizar el proceso de enseñanza y aprendizaje. Por tanto, resulta clave conocer y descubrir para qué sirve y qué aporta al sistema educativo. (Mora, 2017).
Si todo lo expuesto anteriormente es clave en un niño de desarrollo normal, la adopción de estrategias neuroeducativas resulta mucho más evidente en un alumno con TDAH. Estos niños presentan un retardo madurativo del cortéx cerebral (Shaw et al., 2007) y saber en que punto de desarrollo del cerebro nos encontramos en cada momento es crucial, así como saber que funciones cognitivas están alteradas y en que grado lo están para poder intervenir y crear una estrategia adecuada.
No me voy a detener aquí a hablar sobre las distintas teorías y modelos sobre el TDAH,(podéis buscar el modelo de funcionamiento ejecutivo y autorregulación de Russell A. Barkley.) ya que considero que existe demasiada información al respeto, pero no quisiera dejar de mencionar diversos modelos que vinculan el TDAH con una alteración de las funciones ejecutivas y que Willcutt (2015) agrupó según se centren en:
Una disfunción motivacional.
Un problema de aversión a la demora.
Un exceso de variabilidad de respuesta.
Un elentecimiento de la velocidad de procesamiento.
En cierto modo el TDAH, puede entenderse como un tipo particular de síndrome disejecutivo, y la mayoría de fármacos para el TDAH pretenden incidir sobre esta red modificando la acción de neurotransmisores como la dopamina, serotonina, noradrenalina, etc.
Si nos centramos en el funcionamiento ejecutivo y su relación con el aprendizaje, Lezack (2004) define el termino como “aquellos procesos para realizar un comportamiento de forma eficaz y creativa y adecuado en términos sociales” para que los niños y niñas sean capaces de realizar actividades intencionales, complejas y novedosas, como lo es el aprendizaje, y aquí es donde entra en juego un sistema llamado “Funciones Ejecutivas” que se desarrolla durante toda las etapas de la infancia y la adolescencia hasta llegar a la vida adulta, alcanzando su madurez cuando los niños llegan al sistema universitario.
Las funciones ejecutivas entre otras cosas ayudan a:
Establecer el objetivo deseado.
Planificar y elegir las estrategias necesarias para la consecución del objetivo.
Organizar y administrar las tareas.
Seleccionar las conductas necesarias.
Ser capaces de iniciar, desarrollar y finalizar las acciones necesarias.
Resistir la interferencia del medio, evitando las distracciones por estímulos de
poca relevancia.Inhibir las conductas automáticas.
Supervisar si se está haciendo bien o no y tomar conciencia de los errores.
Prever las consecuencias y otras situaciones inesperadas.
Cambiar los planes para rectificar los fallos.
Controlar el tiempo y alcanzar la meta en el tiempo previsto.
Si bien el desarrollo de un TDAH es más lento y cualitativamente distinto, los padres y profesores deben estar atentos a alteraciones en:
La inhibición.
La atención.
La memoria de trabajo.
Las emociones y la motivación.
El lenguaje interior.
La planificación, la resolución de problemas y la reconstitución.
Actualmente, los niños con TDAH, pasan por un sin fin de consultas (psiquiatras, psicólogos, orientadores, médicos, pedagogos…) donde imponen al niño una serie de pautas que van cambiando en función del profesional que lo ve y no del propio desarrollo del niño, lo que a mi modo de ver es un gran error ya que la intervención y creación de estrategias de aprendizaje debe ser un trabajo multidisciplinar, donde padres, profesores y psicólogos y psiquiatras si fuera necesario, trabajen de manera conjunta para lograr un desarrollo del niño con TDAH lo más cercano a la normalidad posible, pero aún más importante es la edad de maduración del cerebro del niño en cada momento y es aquí donde no se debe despreciar la valiosa intervención de un neuropsicólogo educativo a la hora de valorar e intervenir sobre las funciones cognitivas superiores entre las que se encuentran las funciones ejecutivas.
Miguel Pérez. Neuropsicólogo Educativo.